El
término extinción, en ecología quiere
decir la desaparición de una especie o grupo de especies.
Así,
la extinción se produce una vez que muere el último ejemplar de esa especie. La
extinción es un proceso relativamente frecuente en la historia de las especies
que pueblan la Tierra: un ejemplo muy claro de extinción es el de los
dinosaurios, hace 65 millones de años.
Pero
hay un factor que está acelerando este proceso, y es la intervención del ser
humano.
El
ser humano está amenazando la supervivencia de muchas especies, por razones
como:
Ø la
caza o la persecución directa de ciertas especies.
Ø la
contaminación y el cambio climático.
Ø la
destrucción del hábitat de la especie: por la deforestación de bosques, tala de
árboles, nuevas construcciones (presas...)
Ø introducción
de nuevos depredadores: nuevas especies que agotan los recursos de las
existentes y son más fuertes.
Es
decir, el ser humano ha acelerado el proceso que es natural en la evolución de
las especies.
Un
dato importante es que en los últimos cinco siglos se ha causado la extinción
de más de 800 especies, cifra 50 veces superior al ritmo natural.
Algunos
planteamientos para remediar este problema es que los gobiernos de los países
dediquen más dinero de sus arcas a inversiones medioambientales, enseñanza en
las escuelas, implicación de empresas y de políticos y público en general.
Esperemos que se logre frenar la desaparición de las especies, ya que nuestras
vidas están directamente relacionadas con la biodiversidad.
En todos los lugares del mundo, los hábitats
están siendo destruidos a un ritmo alarmante, lo que hace que muchas especies
de fauna silvestre se encuentren en peligro de extinción. Hay fauna silvestre
en peligro y en vías de extinción en todo el mundo, y es probable que haya
alguna de estas especies en el patio de tu casa. Para proteger a los animales
en peligro de extinción, piensa tanto en términos globales como locales.
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